*Por Pablo Jaruf.
Este lunes 9 de agosto, a la puesta del sol, comienza el año nuevo según el calendario islámico, dando inicio al año 1443 de la Hégira. Como explicamos en una nota anterior, este calendario es lunar, por lo que los meses comienzan con el primer avistamiento del cuarto creciente. A su vez, como los años tienen once días menos que en el calendario gregoriano, esto obliga a desplazar la fecha de la festividad. El año pasado, por ejemplo, cayó 20 de agosto, mientras que en 2022 caerá el 30 de julio.
Esto no era así en tiempos pre-islámicos, donde este calendario, de origen árabe, incluía un mes intercalar cada tres años, para que los meses coincidieran con las estaciones, articulando así el ciclo lunar con el solar, pero el Corán lo eliminó: "Transportar a otro tiempo los meses sagrados es un exceso de infidelidad, es hacer ilícito lo que no lo es, y viceversa. Los infieles están en el extravío. Lo permiten por un año y lo prohíben por otro, a fin de realizar el número de los meses declarados sagrados por Dios, de modo que hacen lícito lo que Dios ha prohibido" (9:37).
El acontecimiento a partir del cual comienza esta calendario, como dijimos, es el comienzo de la Hégira, la migración de Muhammad desde La Meca hasta Yazrib, ciudad luego conocida como Medina. Este hecho, además de implicar un movimiento territorial, posee un significado religioso, pues el Profeta y sus seguidores dejaban atrás la época de la ignorancia para recuperar la fe verdadera, el monoteísmo que había practicado Ibrahim (nombre árabe de Abraham), pero que después tanto judíos como cristianos habían olvidado o pervertido. Este corte con La Meca implicaba así un cambio espiritual, comenzando a establecer en Yarzib la Umma, es decir, la comunidad islámica.
Quien estableció este acontecimiento como comienzo de los años fue el segundo califa, Umar ibn al-Jattab, quien gobernó a partir de 634, dos años después de la muerte del Profeta. La figura de este personaje es fundamental para comprender la consolidación del islam, pues fue bajo su liderazgo que esta religión se expandió a Siria, Irak, Egipto e Irán occidental, combatiendo contra los bizantinos y derrotando a los sasánidas. Asimismo, fue quien mandó a construir la famosa Cúpula o Domo de la Roca en Jerusalén. Sus diez años de gobierno, por lo tanto, pueden ser considerados como la base de la gran expansión islámica posterior. Con razón aquellos tiempos se vivían como el comienzo de una nueva era, lo que fue coronado con el establecimiento de un nuevo calendario.
La adopción del calendario gregoriano, que genera los corrimientos del Año Nuevo musulmán, es resultado de la influencia occidental desde mediados y fines del siglo XIX. Aunque es conveniente señalar que en el Imperio Otomano siempre habían coexistido el calendario islámico con el calendario juliano (de la Iglesia ortodoxa), pues este último le resultaba más práctico para administrar las actividades económicas según las cuatro estaciones. Por ejemplo, lo anterior permitía determinar mejor cuándo se debían cobrar los tributos de las cosechas. A medida que el Imperio se fue modernizando, el ámbito urbano adoptó el calendario gregoriano, pero en las áreas rurales siguió prevaleciendo el islámico hasta bien entrado el siglo XX. Arabia Saudita, por ejemplo, conservó este calendario hasta 2016, cuando decidió finalmente adoptar también el gregoriano, motivado en parte por razones económicas.
Como vemos, el Año Nuevo musulmán tiene su propia historia y conviene señalar que todavía al día de hoy no existe unanimidad acerca de como medir exactamente los ciclos lunares, pues depende en gran parte de la visibilidad, lo que cambia según la ubicación geográfica. Por esto en la actualidad algunos prefieren emplear cálculos astronómicos, al punto que para determinar el momento se emplea Visual Basic, el lenguaje de programación de Microsoft. Evidentemente, para respetar de manera correcta los tiempos religiosos es necesaria la ciencia y la tecnología, interrelación presente desde los inicios del islam, como señalamos en una nota anterior.
A todos los musulmanes del mundo: ¡Feliz Año Nuevo!
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