China logra erradicar la pobreza extrema

 *Por Kevin A. Tévez y Patricia Castignoli

El 25 de febrero pasado, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, anunció el éxito del programa de alivio de la pobreza, alcanzando el objetivo trazado por el gobierno de erradicar la pobreza extrema antes de la celebración del centenario de la fundación del Partido Comunista Chino (PCCh).

La lucha contra la pobreza en China viene de décadas atrás y los cambios registrados en el país han sido de orden cuantitativo y cualitativo. En lo cuantitativo, podemos mencionar que merced a una enorme Inversión Extranjera Directa (IED) que en empresas conjuntas con el estado chino se volcó principalmente al desarrollo industrial y una gran tasa de ahorro nacional (que siempre es la inversión futura), así como el papel planificador de las orientaciones de la economía por el Estado, el ingreso per cápita medido en dólares pasó de 158 dólares en 1978 (siendo inferior por ese entonces al de la vecina India, 250 dólares) a 11000 dólares estimados en 2020, convirtiéndose China en un país de ingresos medios en los últimos años y superando a otras economías emergentes como Brasil, Sudáfrica e India. En líneas generales, China también ha pasado del pelotón de economías de tamaño medio, a ser la segunda potencia económica mundial (1).

Trabajadoras chinas (fuente: Getty Images)

En lo cualitativo, los esfuerzos del gobierno chino para erradicar la pobreza extrema (medida en 2,30 dólares/día por persona) vienen desarrollándose desde hace varios años con programas de subsidios, transferencias directas o provisión de viviendas y herramientas de trabajo. En las ciudades, que poseen un ingreso medio mucho más alto que el campo, ya se había anunciado que no había personas en situación de extrema pobreza en 2015. Por lo que restaba concentrar los esfuerzos en el campo, donde se produjo el logro anunciado por Xi Jinping. Sin embargo, no se tratan estos de los últimos objetivos que tiene la conducción de la R. P. China. Pese a declararse que actualmente China es una “sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos”, para 2049 se tiene por objetivo la construcción de un “moderno país socialista que sea próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso”.

Cabe destacar que el esfuerzo fue inmenso, no solo en términos financieros (246 000 millones de dólares en los últimos ocho años), sino también humanos. 3 millones de miembros del Partido fueron enviados a las aldeas más pobres del país para cubrir las “dos seguridades” (alimentación y vestimenta) y las “tres garantías” (educación, cobertura básica de salud y vivienda segura), amén de los subsidios y transferencias ya mencionados. Por el éxito en la lucha contra la extrema pobreza, se premió a 1981 individuos y 1501 unidades colectivas, como por ejemplo a la militante de 98 años, Xia Sen (en la foto, junto al Presidente Xi Jingping), el 21 de febrero pasado.

Algunos analistas, sin embargo, han matizado el último logro chino. Martin Raiser, director del Banco Mundial (BM) para China, considera que la línea de pobreza extrema, en una sociedad que registró un alto crecimiento de los ingresos, debería ser de 4,60 dólares/día y no los 2,30 dólares/día medidos por el gobierno. También se preguntan cómo el gobierno sostendrá los subsidios y transferencias, que ya han planteado cierta dependencia para un nivel de vida mínimo.

Desde CGTN aclaran con detalle cómo la línea de pobreza china ha sido revisada en tres oportunidades, siendo la última en 2010, cuando se fijó en 2,30 dólares/día el umbral de la pobreza extrema, lo que significa que China ha subido la vara en cuanto a lo que se considera pobreza extrema, que es incluso superior a la del Banco Mundial, de 1,90 dólares/día.

Área de asignación para los lugareños de una aldea en la provincia de Sichuan, suroeste de China (imagen: Xinhua)

Vale decir que la pobreza en general y la pobreza extrema en particular, no representan únicamente una dimensión en cuanto a ingresos, sino también en calidad de vida, a la cual hace el cumplimiento de las “dos seguridades y tres garantías”, como señala CGTN. En este sentido, la brecha descrita por Raiser bien puede ser, por lo menos, recortada. Y aún así, tomando el parámetro de los 2,30 dólares del estado chino, los avances del país son notorios. No se trata únicamente de disponer de una gran reserva de mano de obra para la industria, sino de cómo han cambiado las condiciones de vida de los chinos, que han explicado el 70% de la reducción de la pobreza en el mundo en los últimos años y cumpliendo nueve años antes con la erradicación de la pobreza extrema propuesta por la Agenda 2030 de la ONU. En definitiva, más allá de los debates específicos, queda claro que hoy los chinos tienen motivos de sobra para celebrar.


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(1) Algunas de las características (y debates) del modelo económico chino pueden consultarse en una nota anterior,
El libre comercio: ¿fase superior del “socialismo con características chinas”?, de Pablo Jaruf.

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