*Por Kevin A. Tévez
El domingo 10 de enero último, las repúblicas centroasiáticas de Kazajistán y Kirguistán celebraron elecciones legislativas y presidenciales respectivamente. Ambos comicios se desarrollaron, salvo algunos incidentes aislados, en un clima de tranquilidad general.
La actual pandemia de Covid-19 actúa como un condicionante para todo proceso en el que se requiera la movilización masiva de personas. Las autoridades kazajas y kirguizas han cumplido con los protocolos sanitarios. Sin embargo, es muy probable que la baja de la participación porcentual del padrón se deba a las circunstancias extraordinarias que se viven en el mundo y a las que no escapa la región. Teniendo en cuenta este contexto, así como las observaciones positivas recibidas por las organizaciones de monitoreo internacional de elecciones, se puede considerar a las elecciones en ambas ex repúblicas soviéticas como un verdadero éxito.
Kazajistán: la hegemonía de Nur-Otan
Como mencionamos en un artículo previo, estos comicios revestían importancia por una serie de cuestiones: el afianzamiento institucional de Kirguistán y la posible vuelta a una forma de gobierno presidencialista y, por el lado de Kazajistán, las novedades que pudieran observarse en las elecciones legislativas para la cámara baja (Mazhilis) que debía nombrar al primer gobierno desde la asunción de Kazim-Zhomart Tokáyev (presidente desde 2019).
Los resultados anunciados por la Comisión Electoral Central de Kazajistán, han arrojado algunas sorpresas. No era inesperada la victoria del partido oficialista Nur-Otan, fundado en 1999 por el primer presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev (1991-2019), que obtuvo el 71,1% de los votos asegurándose una amplia mayoría de más de dos tercios en la Mazhilis. Lo que sorprendió, al menos en las previsiones de diversos analistas y observadores de la política kazaja, es que sólo dos partidos de oposición consiguieron perforar el piso de 7% para acceder a escaños: el partido liberal Ak Zhol, 11% y el ex comunista Partido Popular de Kazajistán con 9,1%. Por fuera quedaron Auyl (5,3%) y Adal (3,6%). La participación del padrón electoral fue de 63,2%, 13,9 puntos menos que en las elecciones legislativas de 2016.
Durante la noche del 10 de enero, el ex presidente Nursultán Nazarbáyev felicitó al partido Nur-Otan por la elección y, desde la sede central de la organización (que continúa dirigiendo después de dimitir a la presidencia en 2019) señaló lo simbólico de que esta elección se produzca en el mismo año del 30° aniversario de la independencia de la República de Kazajistán. También, que el partido continuará examinando la política de las Cinco Reformas Industriales que tiene pendiente todavía el país.
Los días posteriores a la elección de la Mazhilis se confirmó que, de momento, habrá más continuidad que cambio y que, en todo caso, el mismo partido Nur-Otan (una organización de ideología amplia, catch-all) es el que dirige el proceso de reformas y el principal foro para dirimir las cuestiones de los diversos sectores económicos, sociales y políticos de Kazajistán. Esto en sí mismo no es muy diferente a lo que ocurre en otros países, donde existen sistemas más de corte bipartidista o de parlamentarismo fragmentario. En todo caso, en Kazajistán se ha revelado que la hegemonía de Nur-Otan ha servido para conferir estabilidad económica y política.
Askar Mamin, quien ya llevaba ejerciendo el cargo de primer ministro, fue ratificado en su cargo, al igual que el Presidente de la Mazhilis, Nurlan Nigmatullin. En el gobierno, por su parte, casi todos los ministros salvaron sus puestos, con excepción de Ruslan Dalénov y Birzhan Nurymbétov. En lugar de ellos asumirán Serik Shapkénov (Ministro de Trabajo) y el joven Aset Irgáliev (34 años, Ministro de Economía Nacional), que es el cambio más significativo. En tanto, el Ministro de Asuntos Exteriores Mukhtar Tleuberdi, adhirió a su cargo el de Viceprimer ministro, lo que indica su ascenso político. Entre los diputados electos, destaca la vuelta de Dariga Nazarbáyeva, ex presidenta del Senaty (cámara alta), hija del ex presidente Nursultán Nazarbáyev, a la arena legislativa.
Kirguistán: el inicio de la era Zhapárov
El torrente de popularidad con que se hizo el político de la región de Issyk-Kul, Sadyr Zhapárov, preso hasta octubre de 2020, cuando fue liberado por sus seguidores en medio de las protestas por los resultados de las elecciones legislativas de aquél año, terminó de confirmarse en las elecciones presidenciales y en el referéndum sobre la forma de gobierno de la República de Kirguistán. De esta manera, se dará inicio a una nueva era política, como ocurrió tras la Revolución de los Tulipanes en 2005 y la Revolución Popular de 2010.
La Comisión Electoral Central de Kirguistán confirmó el 16 de enero que Sadyr Zhapárov fue electo presidente de la república con una arrolladora victoria de 79,2% de los votos, según los resultados preliminares (los definitivos se anunciarán veinte días después de las elecciones). Ningún otro candidato obtuvo dos cifras. Como se mencionó anteriormente, la fragmentación de la oposición a Zhapárov (quien pese a haber abandonado la presidencia interina, mantuvo el control de la transición) le jugaba en contra a toda candidatura alternativa. Sólo destacaron Adakhan Madumárov (6,8%) y Babyrzhan Tolbaev (2,4%). Ni siquiera funcionó para atraer a los votantes la alianza que en su momento cuatro candidatos opositores anunciaron en caso de producirse una segunda vuelta electoral. La participación en la elección fue de 39,7%, 16,6 puntos menos que en las elecciones presidenciales de 2017.
Por otra parte, los kirguizes también tuvieron oportunidad de elegir la forma de gobierno en referéndum. Es de destacar que para que éste fuese válido debía superar el umbral del 30% de participación. Los resultados fueron favorables al restablecimiento del presidencialismo (81,5%) frente a la continuidad del parlamentarismo (10,9%), que había sido el sistema surgido después de la Revolución Popular de 2010. Cabe mencionar que el primer presidente electo tras aquella revuelta fue Almazbek Atambáyev (2011-2016), actualmente preso, cuyo abogado declaró que no votó a ninguno de los candidatos a la presidencia y que eligió el parlamentarismo como forma de gobierno. Conviente recordar que Atambáyev pertenece al otrora poderoso Partido Social Demócrata de Kirguistán (SDPK).
Según la Comisión Electoral Central, el nuevo presidente de la república deberá asumir su cargo cincuenta días después de las elecciones presidenciales y/o treinta días después de la presentación de los resultados del recuento definitivo, que sin duda es favorable a Zhapárov.
Una nota interesante que dejó el análisis poselectoral es el artículo que escribió Kanybek Beyshenbékov para Sputnik Kyrgyzstan, en el cual comparó al presidente electo Sadyr Zhapárov, liberado de presión, con otros mandatarios que fueron privados de su libertad antes de dirigir a sus países, como fueron los casos de Fidel Castro (Cuba), Josip Broz Tito (antigua Yugoslavia), Vaclav Havel (República Checa), Hugo Chávez (Venezuela) y Nelson Mandela (Sudáfrica).
Felicitaciones del mundo
El Presidente de la Duma Estatal (cámara baja) de la Federación de Rusa, Vyacheslav Volodin, declaró que las elecciones que se celebraron en Kazajistán y Kirguistán el 10 de enero son un ejemplo del cual Estados Unidos podría aprender cómo realizar elecciones abiertas y competitivas, en referencia a los desórdenes registrados en aquel país tras sus elecciones presidenciales de noviembre del año pasado.
Entre las varias organizaciones que monitorearon las elecciones de Kazajistán, la Organización para la Cooperación de Shanghai afirmó en declaración oficial que fueron "libres, justas, confiables, democráticas e indudablemente legítimas". En términos similares se expresaron la Observación Electoral del Consejo de Cooperación de los Estados de Habla Túrquica (Turkic Council), la misión de Observadores de la Comunidad de Estados Independientes y la Misión de Observación de la Asamblea Parlamentaria de Países de Habla Turca, entre otras.
En su columna para The Astana Times, Dmitry Babich afirmó que los observadores internacionales y analistas de política exterior "notan el progreso de la relativamente joven democracia de este país [Kazajistán]".
Por el lado de la República de Kirguistán, se recibieron felicitaciones para el presidente electo Sadyr Zhapárov, por parte de importantes potencias económicas regionales como China y Rusia o extrarregionales como Estados Unidos.
La Misión de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) consideró que las elecciones presidenciales y referéndum del 10 de enero en Kirguistán fueron "abiertos, libres, legítimos y un paso importante para la democracia". También se expresó en línea similar la Misión de la Comunidad de Estados Independientes, mientras que la Unión Europea emitió una declaración oficial en la que consideró que las elecciones son "un paso importante para devolver al país la estabilidad política" y pidió que "se celebren las elecciones parlamentarias lo antes posible".
Los pueblos de Kazajistán y Kirguistán, en suma, han celebrado dos elecciones exitosas, las cuales muestran, cada una a su manera, el sostenimiento de sistemas electorales democráticos que se están afianzando y de estándares electorales que, además, están siendo cada vez más rigurosos. Queda pendiente una participación más numerosa, pero no caben dudas de que esta es la mejor manera para que se vean reflejados los deseos soberanos de los pueblos de ambos países. Desde nuestro blog esperamos que estos resultados sirvan para el desarrollo económico y el bienestar de su población.
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