Lionel Messi y Nasser Al-Khelaïfi ¿La alianza perfecta?

*Por Pablo Jaruf.

La llegada de Lionel Messi al club Paris Saint Germain (PSG) no sólo ha revolucionado Francia sino a todo el mundo. Muchos han destacado a la dirigencia del club parisino, la cual respondió rápido y de manera eficiente tras la salida del futbolista de Barcelona F. C., preparando de un día para el otro un enorme merchandising que ya está rindiendo grandes frutos económicos al PSG. Ahora bien, nada de esto hubiera sido posible si el multimillonario qatarí Nasser Al-Khelaïfi no hubiera contado, por un lado, con la plata suficiente para contratar a Messi, y por el otro, con el permiso de la Liga Francesa que, a diferencia de la Española, ha permitido endeudarse de más a los clubes debido a las bajas en sus ingresos por la pandemia de covid-19. En esta nota presentamos una breve biografía del presidente del PSG, quien el día de hoy se ha convertido en el qatarí más famoso del mundo.

Nasser Al-Khelaïfi nació en 1973 en la ciudad de Doha, capital del pequeño pero rico Estado de Qatar. Comenzó su vida profesional como tenista y, si bien rápidamente se convirtió en uno de los jugadores más importantes de su país, pasó por el circuito internacional sin pena ni gloria, ubicándose en el puesto 995 del ranking mundial. No obstante, esta experiencia le sirvió para hacer buenas migas con Tamin bin Hamad al Thani, por entonces príncipe heredero y hoy emir de Qatar, quien también jugaba al tenis y con quien compartió equipo en la Copa Davis. Desde entonces se convirtieron en amigos, vínculo personal que permitió a Al-Khelaïfi acceder al mundo empresarial de la corona.

El actual Emir qatarí, Tamin bin Hamad al Thani (izq.), junto a Al-Khelaïfi (der.), cuando formaban parte del equipo para la Copa Davis.

Debido a su pasión por el deporte, la familia real lo incorporó en 2005 a la recién creada Qatar Sports Investments, empresa dedicada a invertir parte de las enormes ganancias derivadas de la industria del petróleo y el gas natural. A su vez, fue nombrado como presidente de la Federación de Tenis, Squash y Bádminton de Qatar, logrando ser elegido después como vicepresidente de la Federación Asiática de Tenis. Como si lo anterior no fuera poco, también lo nombraron presidente de Bein Sports, de la cadena Al Jazeera, una empresa de medios que cuenta con 22 canales de TV, 17 de ellos en HD. Actualmente, es miembro del comité organizador del Mundial de fútbol 2022. Como se ve, las amistades con el poder político fueron la clave para lograr convertirse en una de las personalidades más importantes del mundo empresarial deportivo en el continente asiático.

El Emir qatarí, Tamin bin Hamad al Thani, junto a  Al-Khelaïfi.

Su designación como presidente y director ejecutivo del PSG tuvo lugar hace diez años, en 2011, cuando Qatar Investment Authority, empresa de la que depende la antedicha Qatar Sports Investments, compró el 70% de las acciones del club. Al año siguiente, los qataríes se hicieron con el 30% de las acciones restantes, tras lo cual comenzó una enorme inversión, contratando jugadores de primera línea, como David Beckham y Zlatan Ibrahimovic. Los resultados comenzaron a verse en 2013, cuando el club parisino obtuvo la Liga después de 19 años de sequía. A partir de entonces, la cantidad de títulos no paró de crecer, a la vez que las contrataciones se hicieron cada vez más importantes, sumando a la plantilla jugadores tales como Thiago Silva, Neymar, Kylian Mbappé, Ángel Di María, Dani Alves, entre otros. No obstante, en términos internacionales la suerte le fue más esquiva, sin lograr la preciada Champions League, objetivo que esperan cumplir esta vez, para lo cual contrataron a dos de los jugadores más importantes de la Liga Española: Diego Ramos y Lionel Messi.

Por supuesto, estos desorbitantes fichajes escapan a cualquier reglamento vigente, pero la UEFA, a pesar de abrir investigaciones al respecto, ha preferido hacer la vista gorda y felicitar a Al-Khelaïfi por su desempeño como el hombre más poderoso del fútbol francés. Según el diario alemán Der Spiegel, Michel Platini y Gianni Infantino encubrieron las maniobras ilegales del gobierno qatarí para inyectar miles de millones de dólares en PSG, escándalo que otros medios han preferido silenciar. Como decíamos al comienzo de esta nota, la Liga Francesa, excusada en la baja de los ingresos debido a la pandemia, ha permitido a los clubes endeudarse más allá de sus posibilidades de recuperación inmediata, a lo que se suma la declaración de la UEFA de que no va a revisar las cuentas de los clubes correspondientes al período 2019-2022. En función de estas condiciones, el PSG se ha endeudado ahora entre 250 y 300 millones de euros, cifra que espera recortar en los próximos meses, por un lado, gracias a las ventas de productos y la publicidad y, por el otro, logrando torneos internacionales y sus respectivos premios.

 Al-Khelaïfi junto a Michel Platini, histórico jugador y dirigente francés.

Lionel Messi, en resumen, aparece entonces como el aliado perfecto para Al-Khelaïfi, pues a partir de ahora no sólo puede terminar de lavar su imagen sino también comenzar a disminuir los números rojos del club parisino. Todo esto ocurre en el año previo al mundial de Qatar, acontecimiento deportivo sobre el cual todavía se siembran serias dudas sobre su efectiva realización, debido a la larga pandemia que atravesamos, las posibles restricciones que imponga el gobierno a quienes visiten el país y, por supuesto, los desorbitantes sumas de dinero que los qataríes han invertido y cuyos mecanismos no parecen haber sido del todo transparentes. Si bien, como amantes del deporte, esperemos disfrutar de buen fútbol, no por esto debemos pasar por alto las condiciones que permiten que tales contrataciones tengan lugar, lo que refleja, una vez más, la corrupción que caracteriza a las federaciones tanto europeas como de otras partes del mundo.

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