Los secretos de la paz: crítica de la película "Oslo" (2021), producida por Steven Spielberg

*Por Julio Fernández.

El último 29 de mayo, el canal HBO estreno Oslo, con Steven Spielberg como productor ejecutivo. Spielberg, junto con los productores de la película Puente de Espías, Marc Platt y Kristie Krieger, y el productor David Litvak, nos traen una historia que podría catalogarse como de espionaje e intrigas de gobierno. Aun así, no deja de relatar un acontecimiento histórico ocurrido en 1993, cuando el Primer Ministro de Israel y el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron la paz en la Casa Blanca. El nombre Oslo del film, se debe a que los acuerdos de paz fueron negociados de manera secreta en la capital de Noruega.

No es la primera vez que Spielberg nos trae un filme donde la temática del conflicto israelí palestino ocupa el centro de la trama. En el año 2005 dirigió la película Múnich, basada en los hechos ocurridos luego de la llamada Masacre de Múnich. En 1972, la organización terrorista Septiembre Negro secuestró a la delegación de deportistas israelíes que participaban de los Juegos Olímpicos y el rescate por parte de la policía alemana, que fracasó con la muerte de toda la delegación.

En Oslo, Spielberg quiso llevar al cine la obra de teatro homónima, ganadora del Premio Tony de 2017 en la principal categoría, la de Mejor Obra. Su escritor y director fue J. T. Rogers, quien conociera en persona a Terje Larsen, uno de los diplomáticos noruegos que participó en las negociaciones de los Acuerdos de Oslo. La película, también contó con J. T. Rogers para el guion. Aunque esta vez la dirección estuvo a cargo de Bartlett Sher, quien es reconocido por sus labores en Broadway. Podemos completar la ficha técnica mencionando a Ruth Wilson (actriz en The Affair y Mrs. Wilson), interpretando a Mona Juul y a Andrew Scoot (actor en Fleabag) como Terje Roed Larsen.

Ruth Wilson interpreta a la diplomática Mona Juul (HBO)

Estos dos personajes son los que nos llevan por la trama principal de la película, una historia que no es muy conocida, la trastienda de dichos acuerdos. Cuando el guionista Rogers se encontró con Larsen, este le contó cómo fue crear un canal secreto de comunicación entre israelíes y palestinos, algo que ni el propio gobierno noruego estaba enterado. Mona Juul, era miembro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega y Larsen, su esposo, integraba una asociación de relaciones internacionales. El film nos relata como el matrimonio inició los contactos de manera clandestina entre representantes de palestinos e israelíes. Lograron que el ministro de finanzas de la OLP, Ahmed Qurie, apodado Abu Alá, y su asociado, Hassan Asfour, se reunieran con los profesores universitarios israelíes, Yair Hirschfield y Ron Pundak.

La película posee un guion que toma como base para la narración esta relación entre Mona y Larsen, donde el punto cúlmine de su historia es el momento en que Mona explica por qué arriesga su puesto como funcionaria del ministerio al negociar el encuentro sin mencionar algo a sus superiores. El matrimonio es el testigo de los acuerdos y la fuente para la escritura del guion. Gran parte de las negociaciones no son visibles para el espectador, ya que fueron a puertas cerradas, sin participación del matrimonio. Aunque claramente hay licencias, donde se muestran las posturas de los partícipes sobre la mesa de negociación. Principalmente, cuando al avanzar con los acuerdos, se suma al encuentro Urli Savir, miembro de la Cancillería israelí.

La mesa de negociaciones (Larry D. Horricks)

El director realiza un juego fotográfico, al utilizar diferentes tonalidades de luz para marcar los acontecimientos. Israel nos es presentado con tonalidades cálidas, mientras que el invierno de Noruega nos trae tonos neutros. Algo que es repetido por los actores, israelíes y palestinos marcan la nostalgia por el clima cálido. Por momentos, el guion nos recuerda que esa añoranza también es por la soberanía de la tierra y la memoria de los antepasados. Mientras que en un principio las discusiones eran por la paz, ante el conflicto que estaba aconteciendo, y luego por el reconocimiento de Israel y Palestina. Estas parecen decaer cuando ante un nuevo enviado de Israel, el asesor legal del ministerio, Joel Singer, comenzó a debatir los alcances legales del acuerdo. Aquí, el matrimonio noruego nos recuerda los motivos de la reunión secreta. La importancia de una paz acordada entre las partes, sin intromisión extranjera, ya sea de Noruega o de Estados Unidos. Por eso el constante fetichismo del director por las puertas cerradas.

Aun así, solo se lograría un acuerdo cuando las altas esferas de Israel y la OLP negocien los puntos finales: el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, la legitimidad del estado de Israel, la representación de la OLP como voceros del pueblo palestino y la administración de Jericó, entre otros. No fue hasta que, en secreto, el ministro de relaciones exteriores de Israel habló con Yasser Arafat, líder de la OLP, que se llegó a la resolución final. El primer Acuerdo de Oslo fue firmado en Washington, el 13 de septiembre de 1993, por Arafat y el Primer Ministro de Israel, Yitzhak Rabin.

Firma del acuerdo

En los acuerdos, oficialmente conocidos como “Declaración de Principios sobre las Disposiciones relacionadas con un Gobierno Autónomo Provisional”, se estableció el reconocimiento de la autonomía de la Autoridad Nacional Palestina y la retirada de israelí de Gaza y Jericó. Además, se estableció un plazo de cinco años para nuevas negociaciones sobre los puntos más sensibles, como las fronteras, las colonias y la tan mencionada en el filme, situación de Jerusalén. Estas segundas negociaciones nunca lograron prosperar, y no se realizó un nuevo acuerdo de tal importancia entre Israel y Palestina.

Si bien la película fue producida y filmada previo a los recientes conflictos en la franja de Gaza y en el distrito de Sheij Jarrah, tomó importancia debido a estos. Los productores y guionistas buscaron mostrar las posturas de ambas partes, por ello, este filme es una buena manera de acercarse al conflicto. Oslo es una película que satisface las necesidades para aquellos que no conozcan los trasfondos de estos problemas y la postura de Israel y de Palestina. Acerca a la pantalla grande una parte de la historia y no defrauda a los cinéfilos por su aceptada actuación y dirección.

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