*Por Julio Fernández.
El último 29 de mayo, el canal HBO estreno Oslo, con Steven Spielberg como productor ejecutivo. Spielberg, junto con los productores de la película Puente de Espías, Marc Platt y Kristie Krieger, y el productor David Litvak, nos traen una historia que podría catalogarse como de espionaje e intrigas de gobierno. Aun así, no deja de relatar un acontecimiento histórico ocurrido en 1993, cuando el Primer Ministro de Israel y el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron la paz en la Casa Blanca. El nombre Oslo del film, se debe a que los acuerdos de paz fueron negociados de manera secreta en la capital de Noruega.
No es la primera vez que Spielberg nos trae un filme donde
la temática del conflicto israelí palestino ocupa el centro de la trama.
En el año 2005 dirigió la película Múnich, basada en los hechos ocurridos luego
de la llamada Masacre de Múnich. En 1972, la organización terrorista Septiembre
Negro secuestró a la delegación de deportistas israelíes que participaban de los
Juegos Olímpicos y el rescate por parte de la policía alemana, que fracasó con la
muerte de toda la delegación.
En Oslo, Spielberg quiso llevar al cine la obra de
teatro homónima, ganadora del Premio Tony de 2017 en la principal categoría, la
de Mejor Obra. Su escritor y director fue J. T. Rogers, quien conociera en
persona a Terje Larsen, uno de los diplomáticos noruegos que participó en las
negociaciones de los Acuerdos de Oslo. La película, también contó con J. T. Rogers
para el guion. Aunque esta vez la dirección estuvo a cargo de Bartlett Sher,
quien es reconocido por sus labores en Broadway. Podemos completar la ficha
técnica mencionando a Ruth Wilson (actriz en The Affair y Mrs. Wilson),
interpretando a Mona Juul y a Andrew Scoot (actor en Fleabag) como Terje
Roed Larsen.
Estos dos personajes son los que nos llevan por la trama
principal de la película, una historia que no es muy conocida, la trastienda
de dichos acuerdos. Cuando el guionista Rogers se encontró con Larsen, este le
contó cómo fue crear un canal secreto de comunicación entre israelíes y
palestinos, algo que ni el propio gobierno noruego estaba enterado. Mona Juul,
era miembro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega y Larsen, su
esposo, integraba una asociación de relaciones internacionales. El film nos
relata como el matrimonio inició los contactos de manera clandestina entre
representantes de palestinos e israelíes. Lograron que el ministro de finanzas
de la OLP, Ahmed Qurie, apodado
Abu Alá, y su asociado, Hassan Asfour, se reunieran con los profesores
universitarios israelíes, Yair Hirschfield y Ron Pundak.
La película posee un guion que toma como base para la
narración esta relación entre Mona y Larsen, donde el punto cúlmine de su
historia es el momento en que Mona explica por qué arriesga su puesto como
funcionaria del ministerio al negociar el encuentro sin mencionar algo a sus
superiores. El matrimonio es el testigo de los acuerdos y la fuente para la
escritura del guion. Gran parte de las negociaciones no son visibles para el
espectador, ya que fueron a puertas cerradas, sin participación del matrimonio.
Aunque claramente hay licencias, donde se muestran las posturas de los partícipes
sobre la mesa de negociación. Principalmente, cuando al avanzar con los
acuerdos, se suma al encuentro Urli Savir, miembro de la Cancillería israelí.
El director realiza un juego fotográfico, al utilizar
diferentes tonalidades de luz para marcar los acontecimientos. Israel nos es
presentado con tonalidades cálidas, mientras que el invierno de Noruega nos
trae tonos neutros. Algo que es repetido por los actores, israelíes y
palestinos marcan la nostalgia por el clima cálido. Por momentos, el guion nos
recuerda que esa añoranza también es por la soberanía de la tierra y la memoria
de los antepasados. Mientras que en un principio las discusiones eran por la
paz, ante el conflicto que estaba aconteciendo, y luego por el reconocimiento
de Israel y Palestina. Estas parecen decaer cuando ante un nuevo enviado de
Israel, el asesor legal del ministerio, Joel Singer, comenzó a debatir los
alcances legales del acuerdo. Aquí, el matrimonio noruego nos recuerda los
motivos de la reunión secreta. La importancia de una paz acordada entre las partes, sin intromisión extranjera, ya sea de Noruega o
de Estados Unidos. Por eso el constante fetichismo del director por las puertas
cerradas.
Aun así, solo se lograría un acuerdo cuando las altas
esferas de Israel y la OLP negocien los puntos finales: el reconocimiento de
Jerusalén como capital de Israel, la legitimidad del estado de Israel, la
representación de la OLP como voceros del pueblo palestino y la administración
de Jericó, entre otros. No fue hasta que, en secreto, el ministro de relaciones exteriores de
Israel habló con Yasser Arafat, líder de la OLP, que se llegó a la resolución final.
El primer Acuerdo de Oslo fue firmado en Washington, el 13 de septiembre de 1993, por
Arafat y el Primer Ministro de Israel, Yitzhak Rabin.
En los acuerdos, oficialmente conocidos como “Declaración de Principios sobre las Disposiciones relacionadas con un Gobierno Autónomo Provisional”, se estableció el reconocimiento de la autonomía de la Autoridad Nacional Palestina y la retirada de israelí de Gaza y Jericó. Además, se estableció un plazo de cinco años para nuevas negociaciones sobre los puntos más sensibles, como las fronteras, las colonias y la tan mencionada en el filme, situación de Jerusalén. Estas segundas negociaciones nunca lograron prosperar, y no se realizó un nuevo acuerdo de tal importancia entre Israel y Palestina.
Si bien la película fue producida y filmada previo a los recientes conflictos en la franja de Gaza y en el distrito de Sheij Jarrah, tomó importancia debido a estos. Los productores y guionistas buscaron mostrar las posturas de ambas partes, por ello, este filme es una buena manera de acercarse al conflicto. Oslo es una película que satisface las necesidades para aquellos que no conozcan los trasfondos de estos problemas y la postura de Israel y de Palestina. Acerca a la pantalla grande una parte de la historia y no defrauda a los cinéfilos por su aceptada actuación y dirección.
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