Los Juegos Olímpicos y los países asiáticos: palpitando Tokyo 2021

*Por Pablo Jaruf

Tras un año de retraso debido a las restricciones impuestas por el coronavirus, el 23 de julio comenzarán los Juegos Olímpicos Tokyo 2021, el mayor evento deportivo internacional. La capital japonesa ingresará así en el selecto grupo de ciudades que fueron sede en dos o más ocasiones: Atenas (Grecia), París (Francia), Londres (Inglaterra) y Los Ángeles (Estados Unidos de América). Tokyo ya había sido sede hace casi sesenta años, en 1964, por lo que entonces se convierte en la primera ciudad asiática en volver a recibir los Juegos. En nuestro blog queremos aprovechar la oportunidad para repasar brevemente las ediciones anteriores que también tuvieron lugar en suelo asiático y la participación de atletas de este continente.

Hasta el momento, sólo tres ciudades asiáticas fueron sede de los Juegos Olímpicos: Tokyo en 1964, Seúl en 1988 y Beijing en 2008. No es casualidad que sea así, pues se trata de las capitales de los países asiáticos mejor ubicados en el medallero histórico: China ocupa el tercer puesto, con 227 medallas de oro y 543 en total; Japón ocupa el undécimo puesto, con 142 medallas de oro y 439 en total; mientras que Corea del Sur se ubica dos puestos debajo, con 90 medallas doradas y 264 en total. Muy por detrás siguen otros países asiáticos: Kazajistán en el puesto 35º, Irán en el 37º, Corea del Norte en el 38º y Tailandia en el 46º, por citar los mejor posicionados. Un problema para calcular la cantidad exacta de medallas fue la participación de la Unión Soviética durante casi todo el siglo XX, pues se ubica en el 2º puesto del medallero histórico contando, por supuesto, con deportistas de origen asiático entre sus filas. En una nota futura resumiremos la participación soviética en los Juegos Olímpicos.

Japón también destaca en la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno, para los cuales sirvió de sede en dos ocasiones: Sapporo en 1972 y Nagano en 1998. Por su parte, en Corea del Sur tuvieron lugar los últimos Juegos de Invierno: Pyeongchang en 2018. Allí tuvo lugar un acontecimiento histórico, cuando las delegaciones de las dos Coreas desfilaron juntas bajo una misma bandera y formaron en equipo unificado para competir en hockey femenino sobre hielo. Este gesto fue repetido en los Juegos de Asia de ese mismo año, cuando el equipo de baloncesto femenino de Corea unificada llegó a la final, donde perdió contra China. Hace unos meses atrás, las dos Coreas de postularon para organizar juntas los Juegos Olímpicos de 2032, lo que, de concretarse, significaría un enorme paso hacia delante en la posible unificación de la península.

Jugadora del equipo de baloncesto femenino de Corea unificada, 2018 (Foto: taiwannews.com.tw).

En relación con lo anterior, es evidente que, más allá de lo deportivo, la elección de una sede casi siempre se explica por motivos geopolíticos. Tokyo 1964 no fue la excepción. Esta ciudad ya había sido elegida como sede para los Juegos de 1940, cuatro años después de la edición que había tenido lugar en Berlín. Vemos así como las potencias del Eje habían contado con el visto bueno del Comité Olímpico en aquel momento, lo que ilustra el ambiente de época. Sin embargo, la invasión nipona a China obligó a mudar la competencia a Helsinki, Finlandia, aunque finalmente fue suspendida, debido a la Segunda Guerra Mundial. En 1959, reunido en Múnich, el Comité Olímpico volvió a votar a favor de Tokyo, pero ahora como gesto hacia el nuevo gobierno que se había establecido tras la ocupación norteamericana. De esta manera, la reestructuración del país, la reciente recuperación económica y su reinserción en la diplomacia internacional, contaban entonces con un fuerte respaldo al servir como sede del evento deportivo más importante del mundo. Como dato de interés, es importante resaltar que se trataron de los primeros Juegos en ser televisados en color y transmitidos en directo vía satélite a otras partes del mundo.

Por su parte, Seúl fue elegida como sede en 1981 en una votación realizada también en Alemania, pero en medio de varios problemas derivados de la Guerra Fría. Los Juegos de 1980 habían tenido lugar en Moscú, pero había sufrido un boicot por parte de Estados Unidos de América y de otros países, como Reino Unido, Japón y la República Popular China, quienes decidieron no enviar a sus atletas a la competencia. La candidatura de Seúl no parecía segura, pues se trataba de un país ubicado en el epicentro de dicho conflicto, sin relaciones con Corea del Norte. De todas maneras, como no había otras sedes en competencia, solo Nagoya, de Japón -país donde hacía poco habían tenido lugar los Juegos de Invierno-, las autoridades decidieron darle el visto bueno a Seúl, compensando la edición anterior, que había sido realizada en la mismísima capital de la Unión Soviética. De hecho, los Juegos de Seúl 1988 fueron los últimos donde participaron los soviéticos, que de todas maneras terminaron primeros en el medallero de la competencia, con 55 medallas de oro y 132 en total.

Ceremonia inaugural de Seúl 1988.

Ya en el tercer milenio, el extraordinario crecimiento de la República Popular China la posicionaba como una firme candidata a ser sede de los Juegos Olímpicos, aunque muchos países occidentales se mostraban reticentes a apoyar el gobierno del Partido Comunista, al cual acusaban de no respetar los derechos humanos. En 1993 ya había perdido una votación contra Sídney, pero en 2001 se volvió a presentar, ahora con mejor perspectiva. Más allá de las críticas, fue elegida por 56 votos, con 34 de diferencia por sobre Toronto. Inmediatamente comenzaron los preparativos, que implicaron una enorme reforma en la infraestructura de Beijing, principalmente para quitar todos los focos de contaminación del ambiente, problema omnipresente en las grandes ciudades chinas. Por otra parte, el país aprovechó para relajar las tensiones con Taiwán, teniendo lugar en 2005 el primer encuentro desde finalizada la Segunda Guerra Mundial, entre el Secretario General del Partido Comunista, Hu Jintao, y el Presidente del Kuomintang, Lien Chan.

Hu Jintao y Lien Chan, 2005.

De toda formas, tanto los años previos como durante 2008 se produjeron muchas protestas en distintas partes del mundo para boicotear los Juegos de Beijing, los cuales sin embargo tuvieron lugar sin mayores inconvenientes. En términos deportivos, la sede china era muy merecida. Como dijimos, este país se ubica tercero en el medallero histórico, pero este logro es aún más notable si consideramos que las primeras medallas que ganaron fue recién en 1984, cuando Xu Haifeng y Wang Yifu se alzaron con el oro y el bronce respectivamente en la categoría tiro de pistola de 50 metros. Xu Haifeng era un simple empleado de una cooperativa de suministro y comercialización, pero desde entonces se ha convertido en un héroe nacional.

Xu Haifeng y Wang Yifu ganaron las primeras medallas para la República Popular China, Los Ángeles, 1984.

Como vemos, los Juegos Olímpicos han servido como plataforma para que se establezcan vínculos entre países asiáticos enfrentados, a la vez que sus respectivos deportistas obtienen un merecido reconocimiento por su enorme esfuerzo para llegar a esta competencia. Esperemos que Tokyo 2021 no sea la excepción y podamos disfrutar de un evento en el que personas de todas partes del mundo se reúnen para competir y disfrutar en paz.

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