Las soñadoras afganas siguen rompiendo barreras

*Por Pablo Jaruf

Las soñadoras afganas son un grupo de adolescentes dedicadas a la robótica que desde hace más de cuatro años vienen rompiendo todas las barreras que se les presentan. Saltaran a la fama en 2017 cuando Estados Unidos les prohibió el ingreso para que puedan participar en el First Global Challenge, una competición tecnológica entre estudiantes de todo el mundo que iba a tener lugar en Washington. Pero los problemas no habían comenzado allí. Meses antes no les habían llegado las piezas para fabricar un robot pues las cajas habían sido retenidas en la frontera por miedo a que tuvieran un uso militar. Por esta razón debieron arreglárselas para construir la máquina con elementos caseros y así poder presentarse en la competencia. No obstante, la administración de Donald Trump les negó el visado en dos oportunidades. Las voces críticas en Afganistán comenzaron a multiplicarse, acusando a los norteamericanos de discriminar ahora a la población que hace dos décadas decían liberar del yugo de los talibanes. Afortunadamente, la Casa Blanca cedió y en un tercer intento las jóvenes pudieron viajar a Estados Unidos, donde obtuvieron una medalla de plata.

Las soñadoras afganas son oriundas de Herat, ciudad situada en el oeste del país, cerca de la frontera con Irán. Allí volvieron a ser noticia en 2020, pues debido al aumento de contagios de coronavirus, decidieron construir ventiladores médicos de bajo costo a partir de piezas de un automóvil Toyota Corolla y una motocicleta Honda. Para el prototipo contaron con el apoyo financiero de Roya Mahboob, una empresaria afgana, y asesoramiento de técnicos de la Universidad de Harvard. Gracias a su labor, pudieron crear ventiladores que cuestan cien veces menos de lo normal, lo que permitió fortalecer el sistema de salud local en medio de la actual pandemia. Este año continúan avanzando con su trabajo, fabricando un robot UVC, es decir, equipado con lámparas UV para esterilizar habitaciones de hospital, y un robot pulverizador, para ayudar a desinfectar espacios cerrados y abiertos.

En una entrevista realizada hace tres meses a Somaya Faruqi, la líder actual del equipo, disponible en la cadena qatarí Al Jazzera, ella menciona a su padre, a quien ayudaba en su taller mecánico, lugar donde despertó su pasión por la ingeniería. Fue justamente él quien llevó al equipo a un depósito a 20 minutos de la ciudad donde las soñadoras pudieron conseguir las piezas para construir el prototipo de los ventiladores. También destaca el apoyo constante de su madre, demostrando como desde su familia la impulsan a romper estereotipos enquistados hace décadas en la sociedad afgana, donde todo lo vinculado a la mecánica y la técnica siempre estuvo vinculado a los varones. Como ella sostiene: "Hay un montón de gente en nuestra comunidad y a lo largo de todo Afganistán que piensa que sólo los chicos deben ser mecánicos, pero no sé por qué las chicas no pueden ser mecánicas también. Necesitan que la sociedad crea en ellas y del apoyo de sus familias, de esa manera les probarán que pueden ser mecánicas sin problemas. Siempre es mi objetivo demostrarlo."

Las soñadoras afganas ganan el permio Rookie Inspiration en el Campeonato Mundial, Detroit, 2018

Más allá de los problemas durante la Administración Trump, lo cierto es que este grupo representa un logro para la anterior Administración de George W. Bush, quien no pierde oportunidad de resaltar el incremento en la cantidad de niños que acuden ahora a la escuela para su educación primaria, destacando en especial las niñas, apartadas antes de la formación y aún más de la técnica. El Centro Presidencial Bush justamente había otorgado una beca en 2019 a la mencionada Roya Mahboob -CEO y Presidente del Digital Citizen Fund, Bright Citizen (Coffee & Tea) y EdyEdy- quien la invirtió para crear la primera Escuela de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por su sigla en inglés) en Afganistán, semillero ahora de las próximas generaciones de soñadoras afganas. Sin dudas, se trata de una iniciativa que genera oportunidades y sirve de inspiración para los jóvenes de este país como de otros partes del mundo.

Roya Mahboob, 2016 (Foto: Michael Newington Gray)

Por supuesto, para que estas iniciativas prosperen es necesario que el país consolide su estabilidad, lo que está en duda tras el reciente anuncio de Joe Biden, quien afirmó que el 11 de septiembre se terminarán de retirar las últimas tropas norteamericanas. Durante veinte años pelearon contra los talibanes y lograron fundar la República Islámica de Afganistán (si, aunque no lo crean, los norteamericanos crearon una república islámica). Sin embargo, los atentados nunca se han interrumpido e incluso han recrudecido los últimos meses. El jefe del Estado Mayor estadounidense, general Mark Milley, ha reconocido que, tras la retirada de las tropas: "En el peor de los casos, tendremos el desmoronamiento del gobierno afgano, el desmoronamiento del ejército afgano, una guerra civil, la catástrofe humanitaria que la acompaña y el retorno potencial de Al Qaida". De cumplirse sus palabras, estaríamos ante otro enorme fracaso y deberemos seguir lamentando la muerte de inocentes. Esperemos que el sueño de las jóvenes afganas pueda continuar y que la comunidad internacional deje de dar la espalda al sufrimiento de la gente de este país.

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