Reseña del libro de Gastón Fiorda, Vietnam: genealogía de la resistencia (2020)

*Por Pablo Jaruf.

En 2020 fue publicado en Argentina, por Álvarez Castillo Editor, el libro Vietnam: genealogía de la resistencia. Su autor, Gastón Fiorida, es escritor, periodista y licenciado en Filosofía y magister en Derechos Humanos por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Integra el equipo de investigación del Este Asiático (GEA) del Instituto Gino Germani, de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Este libro es un avance preliminar de su proyecto de investigación doctoral, titulado "Vietnam, proceso de reunificación desde la perspectiva de los sobrevivientes". Para su redacción contó con el aporte y el apoyo de la Embajada de la República Socialista de Vietnam, del Museo Histórico Nacional de Vietnam y la editorial The Gioi, todo lo cual permitió incluir varias y muy buenas imágenes al libro, aunque algunas, por su pequeño tamaño y resolución, no se logran apreciar del todo bien.

El libro comienza con un prólogo de Ignacio Villagrán, coordinador del GEA, quien trata de establecer algunos puentes con la situación argentina, por un lado, comparando la última dictadura militar (1976-1983) con el nivel de violencia al cual fueron sometidos los vietnamitas, y, por otro lado, destacando el camino actual de desarrollo con inclusión social, que bien podría servir como ejemplo para los países de América Latina. Luego de una breve introducción, donde Fiorda deja claro que su libro se va a basar en la propia mirada de los vietnamitas sobre su pasado y su actualidad, se desarrollan las dos partes que forman el libro, cada una de las cuales cuenta con tres capítulos. La primera parte está dedicada a resumir la milenaria resistencia de los vietnamitas, desde las primeras dinastías chinas hasta la guerra contra los EE. UU. La segunda parte se centra en los problemas derivados de la reunificación, tanto en lo que respecta a los aspectos socioeconómicos como a los ideológicos, concentrándose en la configuración de la identidad nacional.

Gastón Fiorda.

El primer capítulo del libro, "Genealogía de la resistencia", sintetiza la historia de Vietnam desde las primeras invasiones chinas, en el siglo III a.C., hasta la llegada de los franceses en el siglo XIX. Para esto, adopta como eje la resistencia de las poblaciones nativas y sus líderes más destacados, como el caso de las hermanas Trung (s. I) y de Le Loi (s. XV). A partir de un relato claro y sencillo, vemos como se pronuncian las contradicciones de la estructura socioeconómica y política a partir del s. XVII, lo que va a permitir la intervención europea en los conflictos locales y la firma de los primeros acuerdos, lo que servirá de base para el avance definitivo de los franceses a mediados del siglo XIX.

Las hermanas Trung combatiendo sobre el lomo de elefantes (Wikimedia Commons).

El capítulo 2, "El largo camino a Dien Bien Phu", se concentra en el período colonial francés, dando cuenta de las dificultades de su establecimiento, de las fuertes resistencias tras su consolidación y de la lenta articulación de los distintos movimientos que dieron lugar a la fundación del Viet Minh (Liga para la Independencia de Vietnam). Un aspecto a destacar del relato, que expresa de manera fiel el objetivo del libro, es que toda esta explicación se fundamenta en la permanente movilización de los sectores sociales explotados, los cuales, a pesar de la brutal represión francesa, sirvieron como base para que arraiguen liderazgos como los de Ho Chi Minh. La última parte de este capítulo aborda la fundación de la República Democrática de Vietnam en 1945, producto de un inmensa insurrección popular, pero que se vio sofocada por el ejército francés, quien intentó recuperar el poder durante nueve años largos y sangrientos, hasta llegar a su derrota definitiva en la famosa batalla de Dien Bien Phu (1954).

El pueblo de Hanói ocupando el Palacio Kham Sai, 1945 (Wikimedia Commons).

El siguiente capítulo, "Hacia la liberación de Saigón", narra la Guerra de Vietnam, comenzando con la intervención estadounidense en Vietnam del Sur, la crisis y caída del régimen de Ngo Dinh Diem, la defensa norvietnamita y el fuerte recrudecimiento del enfrentamiento tras la Ofensiva de Tet (1968). Una vez más, agradecemos aquí la clara prosa del autor, quien nos conduce a través de este proceso complejo, explicando las características y fines de las operaciones militares de los distintos bandos, a medida que van avanzando las conversaciones para llegar al acuerdo de paz que se va a terminar firmando en 1973. Concluye con la reanudación de la guerra al año siguiente, cuando tanto Vietnam del Norte como el Frente Nacional de Liberación respondieron a las agresiones del gobierno de Nguyen Van Thieu, quien, ya sin el apoyo de EE. UU., termina por caer en 1975, dando lugar a la reunificación del país.

Caída de Saigón, 1975: oficial de la CIA ayuda a evacuar personas en un helicóptero estadounidense (Wikimedia Commons).

El primer capítulo de la segunda parte del libro aborda una temática muy atractiva, titulada "El desafío de contar una historia: el rol de los intelectuales". En este capítulo se analiza la construcción de una narrativa de la resistencia vietnamita, emprendida por los intelectuales formados bajo el régimen francés, la cual tendió a reducirse a binarismos simples del estilo nacional-antinacional, lo que sirvió para dar sentido y canalizar el esfuerzo bélico, pero que dio lugar a serios problemas tras la reunificación. Posee un apartado interesante dedicado al sistema educativo implementado en el norte, que sin embargo no es comparado con el desarrollado en el sur, lo que deja al lector con ganas de saber cómo era este último, antes y después de 1975.  

El siguiente capítulo, "Dimensión humana de la guerra en Vietnam", llega al tema más polémico tratado en el libro, sobre si es posible aplicar o no el concepto de genocidio a las prácticas llevadas adelante por los estadounidenses en este país. Comienza con una historia del concepto, destacando sus limitaciones, producto de acuerdos políticos, para después pasar a analizar el caso vietnamita. Allí retoma los resultados del Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra, impulsado por Bertrand Russell y Jean-Paul Sartre en la década de los sesenta, a lo que suma la reexaminación de hechos tales como la matanza en el pueblo de My Lai, el uso de agentes químicos en el campo y el bombardeo de diques. La conclusión es que, a pesar de lo anterior, este caso no puede ser considerado como un genocidio pues las prácticas no tenían como objetivo eliminar a los norvietnamitas y, si bien se ensayaron cambios estructurales en las relaciones sociales, estas no pudieron progresar gracias a la heroica resistencia del pueblo. A nuestro modo de ver, si bien coincidimos con estas conclusiones, nos parece que carecen de una mejor argumentación, habida cuenta de que todas las evidencias mencionadas con anterioridad parecen apuntar exactamente a lo contrario, es decir, a la existencia de un plan sistemático para eliminar a una población.

Simone de Beauvior y Jean-Paul Sartre, centro, participando en el Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra (Getty Images).

Llegamos así finalmente al último capítulo, "Vietnam de la posguerra: de la emergencia a la prosperidad". Aquí se trata de la difícil reconstrucción del país luego de décadas de guerra que dejaron millones de muertos, un alto número desaparecidos, además de una enorme destrucción y contaminación. Evidentemente, no resultaba fácil para los vencedores pasar a cumplir rápido con las promesas realizadas durante el enfrentamiento, a lo que se sumaba la oposición de los derrotados, quienes fueron trasladados a "campos de reeducación", así como la disconformidad de los hoa, vietnamitas de origen chino, y de los jemeres, quienes contaban con el apoyo del régimen de Pol Pot en la recién fundada Kampuchea Democrática. En efecto, los últimos años de la década de los setenta estuvieron atravesados por la guerra contra China, al norte, y contra Camboya, al sudoeste. Las medidas socialistas basadas en la colectivización tampoco lograron el efecto deseado, pronunciando la crisis, una de cuyas manifestaciones fue la fuerte emigración de vietnamitas. Pero todo comenzó a cambiar a partir de 1986, cuando iniciaron las reformas conocidas como Doi Moi ("renovación"), las cuales, por medio de una combinación entre lo público y lo privado, con una fuerte dirección del Partido Comunista, permitió la lenta recuperación del país, cuya situación pasó a mejorar notablemente, sobre todo durante la década de los noventa. Este capítulo finaliza con estadísticas actuales, dentro de las cuales cabe señalar la reducción de la pobreza, que de un 75% en 1986 pasó a solo un 9% en 2019. Quizás estas últimas páginas se parezcan más a un panegírico del Vietnam actual, pero al menos sirven para ilustrar el triunfo colectivo de los habitantes de este país luego de décadas y de siglos de resistencia.

Le Duan, líder de la reunificación de Vietnam; tras su muerte en 1986, comenzaron las reformas Doi Moi (La voz de Vietnam).

En suma, nos parece que la primera parte del libro resulta más clara que la segunda, logrando una narrativa más equilibrada y atractiva, cumpliendo la función de ofrecer un trabajo de aproximación y divulgación de la historia de Vietnam -como se anuncia en la introducción de la obra- muy útil para quienes desconocen el pasado de este país. La segunda parte, que tenía como objetivo analizar la configuración de la identidad nacional, nos resulta a medio desarrollar, con puntos que se podrían haber profundizado más. De todas maneras, se celebra la publicación de un libro que se pregunta por el Vietnam actual, problematizando cuestiones tales como la memoria, el genocidio y el desarrollo económico. Esperamos con ansías el próximo libro de este autor.

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